La
gestación de una jirafa dura entre 14 y 15 meses y nace una sola cría. La madre
da a luz de pie y el saco embrionario se rompe cuando el bebé cae al suelo. Las
jirafas recién nacidas miden cerca de 1.8 mts. y pesan aproximadamente 50
Kilos. A las pocas horas de haber nacido, las crías pueden correr y no se
distinguen de una cría de una semana de edad. Durante las dos primeras semanas
pasan la mayor parte del tiempo recostadas, resguardadas por su madre. Mientras
que las jirafas adultas son demasiado grandes para ser atacadas por la mayoría
de los depredadores, las más jóvenes pueden ser presa de leones, leopardos,
hienas y perros salvajes. La cría se vuelve independiente alrededor de los 18
meses y se alimenta de la leche materna hasta esa edad. Sólo del 25 al 50 por
ciento de las jirafas llegan a la edad adulta; aquellas tienen un promedio de
vida de entre 20 y 26 años.
Cebras
Como
en la mayoría de especies animales, las hembras llegan a la madurez sexual
antes que los machos, y pueden tener su primer potro a la edad de tres años.
Los machos no pueden criar hasta que tienen cinco o seis años. Las yeguas
pueden dar a luz a un potro cada doce meses, que es el tiempo que dura la
gestación. Cuidan de las crías durante un máximo de un año. Como los caballos,
las cebras son capaces de ponerse de pie, andar y mamar al poco de nacer. Al
nacer, un potro de cebra es marrón y blanco en lugar de negro y blanco. Casi
siempre nace un único potro, pero en ocasiones extremadamente raras pueden
nacer gemelos.
La
protección de los potros es especialmente relevante para estos animales, porque
las crías son una presa fácil para los
predadores y la mitad de ellas no sobreviven al primer año de vida a pesar de
los esfuerzos de su madre y del macho del grupo. Otro de los peligros que
corren los potros es que se han observado infanticidios y feticidios entre las
cebras, a pesar de que únicamente se ha observado este comportamiento en
ejemplares en cautividad.
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